Para quienes somos fanáticos de Cecilia Bartoli (Roma, 1966), la portada de su nuevo album, Mission, ha sido motivo de una experiencia traumática (yo apenas me estoy reponiendo). Sobre todo cuando uno está acostumbrado a regocijarse no sólo con las dotes musicales de esta extraordinaria mezzosoprano, sino también con sus otras dotes: pizpiretos ojos oscuros, cuerpo generoso -como debe ser el de las cantantes italianas-, y abundante y salvaje cabellera.

La Bartoli, hija de cantantes profesionales, se ha especializado en la interpretación de obras de compositores tan conocidos como Mozart, Rossini y Puccini, pero también de otros menos conocidos o injustamente olvidados. Para ello dedica una buena parte de su tiempo a andar hurgando, desenpolvando y leyendo/descifrando documentos, libros y partituras en bibliotecas, archivos y oscuras iglesias. Es decir, es una investigadora entusiasta y consumada.
Su último trabajo está dedicado a la interpretación de obras de uno de esos compositores olvidados: Agostino Steffani (1654-1728). Steffani es un personaje «curiosísimo», según nos cuenta la Bartoli, del que se sabe muy poco aunque todo es «jugoso»: había sido cantor, probablemente un castrato, y después compositor operístico de mucho éxito en Alemania, diplomático para la Santa Sede, obispo titular, nuncio apostólico en la Corte protestante del Norte, y urdidor de matrimonios reales, involucrado, quizá, en… espionaje y asesinato…

En su investigación encontró copias de sus óperas en la Ancient Academy of Music de Londres y en la Biblioteca Nacional de Viena y descubrió algo realmente sorprendente: que estaba frente a un «pre Haendel» o a un «pre Bach». Esto la llenó de la energía suficiente para recuperar una música que ella describe como «espiritual sin ser necesariamente sacra», así como «dulce, virtuosa, cósmica, trascendental y de una gravedad inexplicable». Ya metida en el chisme de hurgar vidas ajenas, leyó sus cartas y le pareció que era una buena idea ahondar en una vida paradójica y de grandes contrastes.
El resultado de todo esto, además del nuevo CD de Cecilia Bartoli, es una novela de misterio de su amiga la escritora norteamericana Donna Leon, basada en la vida de Steffani, Las Joyas del Paraíso, la cual, seguramente, pronto será una pelicula de enorme éxito. Como no quise dejarlos en suspenso respecto a la portada de Mission, aquí abajo la he insertado. ¿No es para impresionarse? Sea como sea, recomiendo la compra de este CD, que viene profusamente ilustrado y con mucho material que leer sobre este trabajo artístico y musicológico de la Bartoli.
