Al igual que el aroma de una galleta dispara recuerdos lejanos, una pieza de música nos puede hacer recordar todo un periodo de nuestra infancia. A principios de los años sesenta, me aficioné a una serie de televisión llamada «Peter Gunn» (ahora sé que en Estados Unidos fue transmitida de 1958 a 1961). Su creador fue Blake Edwards, quien posteriormente ganara fama con la serie de películas de la Pantera Rosa (con el genial Peter Sellers). Peter Gunn, protagonizado por Craig Stevens, era un investigador privado en la clásica tradición del film noir. Sin embargo, a diferencia de los demás detectives, Gunn era sofisticado y elegante, además de tener un especial gusto por el cool jazz. Los episodios no sólo eran muy emocionantes, sino que estaban envueltos en un ambiente musical extraordinario.
En la serie, Peter Gunn era un asiduo cliente del club de jazz «La casa de mamá», y su novia, Edie Hart (Lola Albright), era una cantante que trabajaba regularmente en ese lugar. Famosos jazzistas (de la vida real) hacían apariciones ocasionales en ese club de set televisivo, como es el caso de Shorty Rogers, en uno de los primeros episodios. El compositor de toda esta extraordinaria música era Henry Mancini (1924-1994). Recuerdo haber comprado el disco de vinil en aquellos años, en una discotea local. Podía entonces disfrutar de esta magnífica colección de cool jazz, con títulos tan evocadores como «Sorta Blue», «Dreamsville», o «Brief and Breezy».

Con el tiempo, y con los cambios tecnológicos, ese long play «se perdió» junto con otras cosas cuyo destino ignoro: libros, juguetes, etc. Hace unos meses me enteré en Amazon que había una nueva edición de toda la música que compuso Mancini para esa serie en dos discos compactos. Una colección de las 23 piezas originales, cada una tocada en dos versiones distintas, y grabadas entre 1958 y 1959. Ahora que las he escuchado ahora en casa, es extraordinario ver cómo recuerdo con precisión cada riff de los metales, cada fill de la bateria. El sonido de big band es impresionante, lleno de diversas texturas creadas por el vibráfono, el piano, el bajo y los metales. Y con todo esto vienen muchos recuerdos de cuando tenia diez años de edad.
