Para más precisión, las coordenadas son: 19° 25’ 32.91” N 96° 41’ 39.83” O. Desde allí fotografié el cañón que corre unos 160 metros debajo del nivel donde estaba parado. Me encontraba en el predio llamado “Magdala”, no en honor al lugar bíblico (que en arameo significa «torre») donde habría nacido María Magdalena, sino para honrar la memoria de la madre de las dueñas de este privilegiado mirador natural.

Como se puede apreciar, la panorámica es impresionante. Pero algo que también atrajo mi atención fueron los restos de un árbol muerto. Yo podría jurar que hace apenas un año era un majestuoso saguaro (Carnegiea gigantea), pero no me lo crean: la memoria a veces me juega algunas bromas pesadas. Así que decidí tomar unas fotografías (unas 40 más o menos) de los restos, con el fin de registrar las bellas texturas producidas por el sol, el viento, el agua y los animales.


No pude resistir la tentación de combinar dos fotografías en una sola imagen: una del cañon y otra del tronco del árbol. El resultado me parece interesante pues se juxtaponen paisaje, flores, arbustos y la textura leñosa del árbol muerto. Si quieren apreciar mejor los detalles, pueden dar click sobre la foto para ampliarla.

Finalmente, otra vista del cañón, utilizando una técnica distinta para procesar la imagen. Esta vez con cólores más vívidos y claros.

GRACIAS ARTURO…………………..
UN ABRAZO
MUY BONITAS FOTOS FELICIDADES GABI CORTES REBOLLEDO