La científica estadounidense Lynn Margulis, conocida por sus trabajos sobre el origen y evolución de las células, y considerada una autoridad en biología evolutiva, acaba de fallecer a los 73 años en su domicilio en Amherst (Massachusetts). En particular, fue conocida por su teoría de la simbiogénesis, que desafió las teorías neodarwinistas con el argumento de que las variaciones heredadas no se deben a mutaciones al azar, sino a la interacción entre los organismos a largo plazo. Según ella, el origen de las primeras células con núcleo se dio a partir de la fusión de bacterias primitivas hace miles de millones de años.

Margulis, doctora honoris causa por diversas universidades del mundo, entre ellas la UNAM y la Universidad Autónoma de Madrid y galardonada con la Medalla Nacional de Ciencia de los Estados Unidos en 1999, fue además una de las impulsoras, junto al británico James Lovelock, de la «Teoría Gaia». Según la hipótesis planteada en esta teoría, el medio ambiente ha cambiado debido al comportamiento de los seres vivos que lo habitan y a su interacción con el entorno, mientras que otras teorías hablan de adaptación de los organismos a un ambiente determinado.
Su obra ofreció una visión nueva de la microbiología y ha ayudado a posicionar la figura de la especie humana en armonía con el resto de la naturaleza, microorganismos incluidos. Lynn Margulis ha publicado numerosos artículos y libros. Su texto Simbiosis en la evolución de la célula (1981) es considerado un clásico de la Biología del siglo XX. Entre sus otras obras destacan Microcosmos, cuatro billones de años de evolución microbiológica (1986); El jardín del gozo microbiológico (1988); ¿Qué es la vida? (1995); ¿Qué es el sexo? (1998); Planeta simbiótico: Una nueva perspectiva sobre la evolución (1998); Peces luminosos. Historias de amor y ciencia (2001); y Una revolución en la evolución (2002).
Margulis estuvo casada con el astrónomo Carl Sagan, un científico y divulgador de la ciencia que saltó a la fama mundial con su programa de televisión «Cosmos», fallecido en 1996, y era madre del ensayista y poeta Dorion Sagan, quien colaboró con ella en diversas publicaciones. Es una gran pérdida no sólo para ciencia sino para todo el planeta… para todas las especies.