Durante millones de años, desarrollamos un cerebro que nos ha dotado de una inteligencia singular, no digo que sea mejor o peor que la de las otras especies. Distinta. Quizá una inteligencia más revolucionada y curiosa, aunque con enormes deficiencias. Hoy podemos terraformar el planeta Marte y dotarle de atmósfera y vida, mientras acabamos con ambas, atmósfera y vida, en nuestro planeta Tierra. Una inteligencia que ha creado una ciencia y una tecnología impresionantes. Lástima que ninguno de estos conocimientos, haya servido nunca para solucionar alguno de nuestros grandes problemas: hambre, inequidad, pobreza, violencia. Más bien pareciera que obran en dirección contraria. Una inteligencia que le cuesta mucho trabajo comprender que nuestra especie depende de todas las demás especies o que la nuestra no es la especie más evolucionada. Curiosa inteligencia, ¿no?