En busca de un título

Ayer decidí poner un poco de orden en los cientos (¿miles?) de fotografías que tengo dispersas en innumerables carpetas de mi computadora. Lo que creí que sería una actividad relativamente sencilla, aunque tardada, pronto se reveló (y rebeló) como algo complejo y que requería de mucho cuidado y atención. Para este noble propósito compré un disco duro externo de un terabyte. A él voy a trasladar todos los archivos debidamente clasificados por tema: paisaje, arquitectura, museos, parientes desconocidos, animales que acaban de romper el jarrón (categoría sugerida por Jorge Luis Borges), etc.

Un pintor y su modelo, en Montmarte.
Pintor y su modelo, Place du Tertre, Montmarte. © Arturo Guillaumin 2012.
Vestíbulo de la FLV
Vestíbulo con inversión, Fundación Louis Vuitton. © Arturo Guillaumin 2015.
Le Corbusier x 4
Le Corbusier x 4, Centro Pompidou   © Arturo Guillaumin 2015.

El primer problema que encontré fue decidir cuáles fotos conservar y cuáles eliminar. No es una tarea sencilla porque uno mismo actúa como juez y parte. Tan pronto como encontraba una sólida razón para dar de baja una imagen, hallaba un argumento igual de firme en sentido opuesto: se verá muy bien si la pongo de cabeza; puede mejorar con algún tipo de edición extrema; la tía Clotilde no es tan fea después de todo; lo repugnante no existe, sólo hay objetos de estética alternativa… Cabe decir que con este científico método no he eliminado ninguna fotografía hasta el momento.

Escalera, Petit Palais
Quiebre inesperado en la escalera de caracol, Petit Palais. © Arturo Guillaumin 2015.
Notre Dame reflejada
Notre Dame reflejada, Isla de La Cité.    © Arturo Guillaumin / 2015.
11 botellas de cerveza.
11 botellas de cerveza (aunque sean 12), en una de las ventanas del estudio. © Arturo Guillaumin 2016.

De las primeras carpetas escogí un grupo de fotografías que creí que podría compartir con mis tres lectores. No estaba muy seguro acerca del titulo de esta entrada, debido a que los motivos de las imágenes es algo variada. Comencé con «Ensayos fotográficos y argumentaciones aristotélicas a propósito de la cuidadosa observación de algunas obras de arte». Además de lo excesivamente largo y pedante del primer intento, no todas las fotos tienen como objeto una obra de arte. Debo haber consumido un par de horas escribiendo diversos nombres en una hoja de papel. Aún no logro entender cómo en algún momento llegué a considerar el título de «Dos secretarias en apuros en Tailandia».

Poster en un pasillo del metro.
Póster en un pasillo del metro, estación Les Halles. © Arturo Guillaumin 2015.
Niño en Patín
Niño en Patín, Jardínes del Palacio Real, París. © Arturo Guillaumin 2015.

Trato de convencerme de que cada fotografía contiene algún tipo de cualidad estética que resulte interesante como para atraer la atención de todos. A veces aparece la imagen tal como la percibí cuando apreté el disparador de la cámara. En otras ocasiones, las imágenes han sido manipuladas (invertidas, reflejadas, caleidoscopizadas, vejadas, transmogrificadas -¡uff!- o fractalizadas) incluso al grado de metamorfosearse el objeto original (como sucede en Le Corbusier x 4). Los resultados me parecen interesantes y muchas veces me han ayudado a percibir cosas que antes no percibía: la fotografía sirve para ver. Al igual que la escritura.

Banca en la estación Concorde.
Banca en la estación Concorde. © Arturo Guillaumin 2013.
Pasillo vertical y horizontal.
Pasillo vertical y horizontal, Jardínes del Palacio Real. © Arturo Guillaumin 2015.

Según mis cuidadosos cálculos, la mitad de las fotografías son resultado del azar y la espontaneidad, y la otra mitad de la búsqueda calculada de la composición (que puede incluir un tripié y una exposición de larga duración). En un arrebato de simplificación (flojera), pensé en dejar sólo dos categorías en mi disco duro: “Calculadas” y “No calculadas”. Dentro de esta última categoría estaría la foto del pintor. ¿Quién no puede verse atraído por la escena de Pintor y su modelo? Lo primero que me atrajo fue la mirada de la bella joven. Pero también hay que ver la postura del pintor, como calculando el siguiente trazo del pincel. La única transformación de la foto fue virarla a sepia. Sin pensarlo, tomé la foto antes de que desapareciera esa efímera escena.

Le Corbusier en el Pompidou, Centro Pompidou. © Arturo Guillaumin 2013.
Puente del Milenio y Catedral de San Paul al fondo, Londres.
Puente del Milenio y Catedral de San Paul al fondo, Londres. © Arturo Guillaumin 2015.

En esta última fotografía sucedió algo interesante. Me atrajo la perspectiva del puente, con su elegante diseño, que se dirige directo a la Catedral de San Paul (de este lado del Támesis se encuentra la conocida galería The Tate Modern, antes una estación hidroeléctrica). Lo que descubrí cuando revisé la foto es que las siete personas que pasaban por ahí no se ven muy «naturales», sino como si yo les hubiera pedido que posaran para la foto.  Bueno, ideas mías. Ya estaba considerando las categorías de «Fingidas» y «Naturales».

5 respuestas a «En busca de un título»

  1. Esta comprobado que una vez archivadas db un disco o memoria externa , uno cree haberlas dominado o tenerlas bajo control . Al querer entrar al disco duro y reconocer la inteligente nomenclatura aplicada , la lógica del disco externo no resulta familiar ni identificable por nuestros circuitos intuitivos que son los que usualmente utilizamos. Sabemos y sabremos que más fotos deben estar allí. Eso nos consuela .

    1. Luis, la situación puede ponerse realmente «spooky» (para emplear la expresión utilizada por Einstein al ver las consecuencias de la física cuántica), cuando uno comienza a encontrar fotografías que uno no recuerda haber tomado. Si descartamos la hipótesis del Alzheimer, creo que hay una alternativa plausible: una discontinuidad en el espacio-tiempo provocada por una relación anómala entre la apertura de la lente y la velocidad de obturación. – Arturo.

  2. En mi modesta opinión (y en modestia no hay quien me gane) tus títulos son acertados. El título no debería estorbarle al observador ni predisponerlo. A menos que de a tiro se quiera darle una lección marca acme, como aquel de Esto no es una pipa. Ya ves Chopin, que les ponía números a sus obras. Luego llegan los editores y acaban con el cuadro: «La gota de agua» y mamadas por el estilo. Así pues, uno de los que para mí resulta más atinado es el de Poster en un pasillo del metro, cuando muchos andarían buscando cómo se llama semejante guapura. ¡No, chingaos, si no se trata de la chava sino de la obra a que ha dado lugar! Salú y felicidades, sir Aza.

    Enviado desde mi iPad

    1. Lo que son las cosas, Jorge. En un principio pensé en una sesuda combinación entre Shostakovich (para destantear al enemigo) y Magritte (que mencionas con el asunto de la pipa). De tal manera que la foto del póster en el metro se podía haber llamado “Esto no representa el espíritu del pueblo trabajador”. Finalmente, me decidí por la simplicidad a que haces alusión, pero por motivos más prosaicos: ayudarme a recordar las fotos en el famoso disco duro externo. Pero tu comentario es un aliciente. ¡Bien!

  3. Querido Arturo: No creo tengas calculado el tiempo que te tomará ver y clasificar todas las fotos, mientras tanto iré pensando en los títulos que podrías utilizar sobre todo cuando llegues a las fotos de tu»linda familia».

    ANA

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