Entrevista a un hongo

En 2003 se realizó el concurso anual del mejor ensayo a escala global. Fue patrocinado por la Royal Dutch Shell (una de las cuatro mayores multinacionales en materia de hidrocarburos, gas natural y gasolinas) y la prestigiosa revista The Economist (publicación británica sobre economía y relaciones internacionales). La pregunta que plantearon para la elaboración de los ensayos fue: ¿Necesitamos a la naturaleza? Curiosa pregunta, ¿no? La ganadora de esta competencia fue Diane Brooks Pleninger, de Anchorage, Alaska, con el ensayo “Entrevista a un hongo”.

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Pilobolus crystallinus.

Aquí presento una traducción libre de parte del texto ganador y que aparece en el libro Dreaming the Future, de Kenny Ausubel. Aquí, Diane Pleninger (D. P.), la galardonada del concurso, entrevista al hongo Pilobolus crystallinus (P. C.).

D. P. Nuestro invitado de hoy es Pilobolus crystallinus, autor del libro bestseller y ganador de varios premios ¿Necesitamos la humanidad? Una perspectiva micótica. Él es un erudito, conferencista, habitante del estiércol y conocido autor. Señor Pilobolus, su libro más reciente plantea algunas preguntas tentadoras acerca del futuro de la biosfera y el papel que usted y otros habitantes jugarán en él. Díganos cómo es que llegó a escribir sobre este tema.

P. C. El libro es resultado de una serie de simposios a los que asistí a lo largo de 200 años, bajo el patrocinio de la Federación Mundial de Hongos, sobre el tema “¿Qué necesita la naturaleza?”

D. P. Los siglos XIX, XX y XXI constituyen un periodo revolucionario en la biosfera. ¿Cómo han sido afectados los hongos por los eventos de la historia moderna?

P. C. La historia reciente de los hongos, la cual tiene unos 400 millones años, ha sido una historia de éxito extraordinario. Los hongos ocupamos dos nichos vitales en la naturaleza cuya importancia nunca ha sido cuestionada. En uno de ellos, nosotros conducimos los ciclos del carbono, donde equipos selectos de detritívoros tienen la misión de digerir la materia orgánica y regresar las partes componentes de nuevo al sistema ecológico. Sin nuestro trabajo, la vida sobre la Tierra desde hace mucho tiempo se hubiera detenido por la falta de materia prima. En otro nicho, actuamos en sociedad con las raíces de las plantas para extender su alcance en el ambiente del suelo y mejorar su absorción de agua y de nutrientes. Los animales, a su vez, se alimentan de las plantas y se benefician de esta colaboración. Ambos roles son críticos para mantener la biosfera.

D. P. Desde su punto de vista, ¿cuál ha sido el propósito de los humanos durante los siglos recientes?

P. C. Con la sabiduría que me da la experiencia, creo que lo podemos resumir como un experimento fallido de individualismo. La idea de individuo –y no hay un equivalente entre los hongos– surgió durante un periodo de transformaciones rápidas en la sociedad humana. En teoría, el individualismo se veía justificable, incluso atractivo. El individuo ideal era educado e ilustrado, alguien a quien todos querríamos conocerle. Sin embargo, en la práctica, la cultura del individualismo ilustrado se convirtió, después de un breve periodo, en un culto a la libertad personal. Durante varios siglos, esta libertad desenfrenada y la distribución fortuita de los recursos naturales condujeron a la creación de ciertas colonias de humanos ricas y aisladas. Su prosperidad provocó envidia, y el resto del mundo hizo lo que pudo para emularlas. Grandes poblaciones de humanos se mudaron de una experiencia muy simple del mundo natural a la expectativa de un estilo de vida similar a la que gozaban sus explotadores. Este clamor por la riqueza puso una enorme presión en la biosfera.

D. P. ¿Cómo describe la relación actual entre la naturaleza y la humanidad?

P.C. Sólo puedo hablar por los hongos, quienes caracterizan a la humanidad como prescindible. Después de un análisis muy intenso de los datos, la Academia no pudo identificar ninguna transacción indispensable entre los hongos y los humanos.

En este concurso participaron alrededor de 6 000 trabajos, provenientes de 163 países. El premio fue de $ 20 000.00 dólares. Diane Pleninger, en una entrevista, dijo que no diría en qué se iba a gastar ese dinero. Sólo mencionó que había hecho una lista con las cosas que le parecían prioritarias para beneficiarse de ese dinero.

Pilobolus crystallinus
Pilobolus crystallinus.

Esta es la referencia completa del libro:

Ausubel, Kenny. (2012). Dreaming the Future. Reimagining Civilization in the Age of Nature. White River Junction (Vermont): Chelsea Green. 212 páginas.

Nota: Las dos fotografías que acompañan esta entrada fueron tomadas de la página Nature Photography by Dragisa Savic: http://http://www.naturefg.com/pages/b-fungi/pilobolus%20crystallinus.htm. Se usan sólo para ilustrar esta entrada y sin ningún ánimo de lucro. Los derechos son del autor Dragisa Savic. Recomiendo visitar esta página con excelentes galerías de flora, fauna y hongos.