Con esta entrada termino la serie “Rendezvous en París”. Han quedado fuera, por supuesto, muchos lugares, fotografías, anécdotas, comentarios. Pero mi propósito nunca fue dar cuenta pormenorizada de mis últimas andanzas en esa increíble ciudad. Más bien he querido picar la curiosidad, motivar el interés por conocerla, sea por medio de libros y películas, o de una visita en vivo y a todo color. Tiendo a pensar que París no es sólo de los parisinos y de los franceses (habría que preguntarle también a Sarcozy), sino de todos: allí se encuentran claves, testimonios, vivencias, gérmenes, corrientes, movimientos artísticos, sociales, filosóficos, científicos, religiosos, que han alimentado a la cultura occidental, que han nutrido nuestras sociedades. No nos es tan ajena como puede pensarse.
Los dejo, por ahora, con varias fotografías, un poco sin orden, sino como las voy sacando de mis archivos. Espero que las disfruten, pero sobre todo que les abran la perspectiva de visitar París en el futuro cercano. «Aikir», como diría nuestro buen Germán Dehesa. Después de esa primera visita, ya podemos decir, como Humphrey Bogart le dijo al oído a la deliciosa Ingrid Bergman en Casablanca: «Siempre tendremos París».






